SOBRE EL ORIGEN MATERIAL
DE LAS CRISIS MUNDIALES DE 1980 Y 2008
Oscar Viloria H.
ESCUELA DE ECONOMÍA, UCV
Hoy en día, transcurridos nueve meses del colapso financiero de 2008
El articulo ensaya sobre las bases objetivas de apoyo subjetivo a la hipótesis que establece como fuente material y origen de las perturbaciones que condujeron hacia la actual crisis económica y financiera estadounidense, oficial desde el segundo semestre de 2008, a los excedentes monetarios determinados por el crecimiento de los precios del petróleo durante el período 1999-2008 y la capacidad restringida para su absorción productiva dentro la corriente real del circuito económico; fenómeno traducido en la expansión desproporcionada de la demanda en los mer-cados de activos y el prolongado desfase progresivo entre las economías real y monetario-financiera. Fenómeno que tiende a manifestarse como una fractura en la plataforma financiera que se transmite posteriormente a la plataforma productiva, no obstante, la hipótesis propuesta advierte que la desaceleración de la economía real dentro de un escenario de expansión nominal se hace visible hasta dos y tres años antes del colapso financiero imposibilitando a este último sector para mantener indefinidamente su capacidad de absorción monetaria. En otras palabras, el colapso financiero es un fenómeno que irrumpe y se registra al momento de su ocu-rrencia siendo su correspondiente en los mercados de bienes y de factores un poco más lento, y su reconocimiento, tardío.
LA MEDIDA DE NUESTRA IGNORANCIA
La medida de nuestra ignorancia es el nombre que Edward Denison le da a la tasa diferencial observada entre el crecimiento histórico de la producción física y el producto potencial en condiciones de rendimientos constantes a escala: el Residuo de Solow.
El concepto nace del “embarazo metodológico” que origina la estimación de la tasa de crecimiento del producto real a partir de las productividades factoriales y las variaciones experimentadas en la dotación de factores económicos de producción, en un período determinado.
No obstante, resalta el esfuerzo “estéril” para redefinir el residuo y descifrar su contenido, toda vez que su intento pueda jamás considerarse como avance o evolución de la teoría económica.
El Residuo de Solow representa una alternativa metodológica para la estimación del:
1.- Progreso Técnico, cuando la producción física es cercana a la de pleno empleo o potencial, pero la asignación de los recursos no es optima;
2.- Progreso Tecnológico de naturaleza exógena, cuando el progreso técnico ha impulsado a la economía hacia el pleno empleo con eficiencia técnica;
3.- Progreso Tecnológico de naturaleza endógena, cuando las dos anteriores, la cooperación técnica y tecnológica internacional, y la eficiencia económica trazan un camino selectivo de dominio tecnológico e innovador;
4.- Lo que algunos han denominado la PTF, la cual no es más que la compuesta entre (1) y algo mas que un poco de (2) y de (3).
Esta medida residual envuelve, para todo horizonte macroeconómico, el efecto cuantificado de las causas que dan origen a las diferencias espacio-temporal de desempeño económico, mundial.
Luego, que la medida diluye al mismo tiempo información sobre las fuentes y límites del crecimiento económico que están presentes, en cada momento, determinando y sobredeterminando los escenarios de, estancamiento, estanflación, recesión, grandes recesiones, depreflación y, finalmente, de depresión económica.; así como la reanimación y el auge económico combinados con cortas apariciones de las primeras, pero en menor escala.
En tal sentido, es de esperarse que el agregado de las explicaciones al colapso económico y financiero de 2008, venga “agarrado de la mano” de un “residuo” que envuelve lo lo desconocido.
“La medida de nuestra ignorancia” se establece entonces como el isomorfismo que define el desconocimiento parcial y momentáneo presente en la búsqueda y acumulación del conocimiento, entendido como la identificación deductiva e inductiva de los fundamentos materiales (los mecanismos) y no materiales (las fuerzas y leyes) de la ciencia económica, de la dinámica que siguen los primeros y de la intuición de lo no percibido como el estado previo a la conceptualización.
Es así entonces cuando el presente artículo ensaya sobre la hipótesis de que en los períodos de prolongada inestabilidad y divergencia de los precios del petróleo, los excedentes envueltos por estos últimos se traducen en una fuente fundamental de perturbación monetaria y de distorsión nominal dentro de la economía estadounidense.
Las hipótesis aquí desarrolladas en ningún momento contradicen las explicaciones que se han dado sobre el origen de la crisis financiera de 2008, entendidas en su mayoría, como causas endógenas a la dinámica de la economía interna estadounidense, de los últimos tres años.
Durante los últimos 39 años, dos han sido las veces cuando la desaceleración real y la expansión nominal de la economía estadounidense, estuvieron rodeados por el crecimiento sostenido de los precios del petróleo, prolongado por diez años.
Luego, los excedentes monetarios de origen petrolero, entre 1999 y 2008, se consideran como un condicionante exógeno de la desaceleración de la economía real estadounidense a partir de 2006 y la “catalización” del colapso económico y financiero de 2008.
La hipótesis advierte sobre la existencia de una singular familia de fluctuaciones de onda larga registradas por los precios del petróleo entre 1861 y 2008, en donde las fases de expansión nominal de hasta diez años se alternan con períodos de convergencia de precios que se extienden hasta por dos veces la duración de las primeras.
Finalmente, el presente artículo se aleja de toda explicación adicional a la crisis de 2008, o extensión de las que ya se han dispuesto, trazando como objetivo fundamental, contribuir con la contextualización de los hechos que antecedieron al colapso económico y financiero de 2008, tal que, sea posible inferir:
1. Que el perfil macroeconómico presente y antecedente del colapso financiero de 2008, lo hacía del todo predecible.
2. Que entonces es poco probable que los departamentos de inteligencia económica y financiera, internacionales, no previeran la crisis.
3. Que una vez previsto el colapso, éste era igualmente inevitable.
4. Que las disculpas que ofreció el Fondo Monetario Internacional fueron, en algún sentido, pertinentes.
5. Finalmente, que la economía venezolana se pasea nuevamente por los desfiladeros que a finales de los setenta la condujeron hasta el abismo de la inversión real productiva, en donde permanece desde hace veinticinco años.
1.- LOS CICLOS DE LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO
Básicamente, el comportamiento de los precios del petróleo desde 1861 hasta 2007, valorados en dólares estadounidenses de 2007, no ha sido más que la recurrente expresión de subsecuentes fases de crecimiento y de convergencias donde siendo estas últimas de hasta dos veces la duración de las primeras.
El siguiente gráfico muestra el comportamiento descrito por los precios del petróleo entre los años 1861 y 2007.
En el mismo es posible apreciar:
- Fluctuaciones recurrentes, asíncronas, determinadas por eventos coyunturales e inesperados;
- La envoltura de las anteriores dentro de subsecuentes estructuras cíclicas de mayor magnitud y duración, determinadas por nuevos condicionantes de demanda y oferta, petrolera.
En el caso de los ciclos de mayor longitud de onda, el crecimiento de los precios del petróleo se prolongará por el tiempo necesario para que se determine un cambio de condiciones en el entorno macroeconómico y/o en la industria.
Cuando se ajusta la escala en el eje vertical de los precios es posible advertir que el comportamiento de los precios entre los años 1891 y 1970, presento una inestabilidad similar que la observada en los extremos de la muestra.
Nótese que durante el período 1892-1931 las fluctuaciones de corto plazo determinaron sendos ciclos de precios, 1892-1911 y 1912-1931 , de duración 19 años y fase expansiva menor que sus correspondientes períodos de convergencia de precios.
Al mismo tiempo, cuando se ajusta la escala vertical para resaltar los precios de 1931-1970, se aprecia un comportamiento de largo plazo similar que los observados tanto en períodos anteriores como posteriores.
Por ejemplo, la fase expansiva de los precios iniciada a partir de 1931 con el descubrimiento de la reservas del Este de Texas, se interrumpe en 1938, en vísperas de la 2da Guerra Mundial.
Luego, a partir de las tendencias de largo plazo exhibidas por los precios de petróleo de los últimos ciento cuarenta siete años, las fluctuaciones de corto plazo observadas durante 1970-1998 alrededor de la tendencia polinómica de segundo grado estimada para el período 1861-2005, y el crecimiento de los precios del petróleo de 1971-1979 y de 1999-2005, se formuló en su momento la siguiente hipótesis tentativa:
Los precios del petróleo continuaran aumentando durante el 2006-2008, tal que, durante ese último año, el barril de petróleo del Mar del Norte alcanzará un precio de 127 dólares estadounidenses, interrumpiéndose el crecimiento iniciado en 1999, para converger hacia su esperanza de largo plazo, estimada entre cincuenta y sesenta dólares estadounidenses de 2007, por unidad.
Más tarde, ya en 2009, con el fin de fortalecer la hipótesis anterior, se estimó el comportamiento de los precios del petróleo del Mar del Norte de 1861-2008 como una estructura ARMA (p,q). Luego, la estructura estimada señala que entre 1861 y 2008 los precios de esa cesta de combustibles siguen un proceso aleatorio, autoregresivo y de medias móviles con parámetros p = 1 y q = 29.
Finalmente, las proyecciones obtenidas para el precio del barril BRENT 2009-2025, determinan un promedio que fluctúa entre 44 y 59 dólares estadounidenses, a partir de 2009, tal como se registra en el siguiente gráfico.
Los precios promedio para el barril de petróleo del Mar del Norte (Gráfico 1.4), que se espera fluctúen entre 44.1 US$ y 59.0 US$, serán observables sí, y solamente sí, se instalan las capacidades de producción y refinación adicionales, necesarias para satisfacer oportunamente la exigencia energética observada hasta el tercer trimestre de 2008, que se estima reaparezca en 2010-2011, una vez corregidos los desequilibrios reales, monetarios y financieros, y reanudado el proceso de crecimiento de la economía mundial.
De suyo, se espera, que los precios del petróleo continúen siendo tan altos que permitan financiar el redimensionamiento de la capacidad de producción y refinación demandadas mundialmente durante los tres primeros trimestres de 2008 y, al mismo tiempo, tan bajos que impida se repitan las filtraciones de la economía real y las distorsiones monetaria-financieras inducidas por los excedentes en el precio del crudo.
2.- ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA: SOBRESALTOS MACROECONÓMICOS
La crisis mundial de los ochenta comienza a gestarse cuando en 1977-1979 los países desarrollados -particularmente los EE.UU.- aumentaron las tasas de interés. Durante esos años, la Reserva Federal de los Estados Unidos de Norte América (FED) controló el crecimiento monetario con el objetivo de reducir la inflación observada desde la primera mitad de los años setenta, toda vez que ello conduciría a aliviar las distorsiones derivadas hacia el resto de los mercados:
“Durante la moderada inflación estadounidense de 1969 a 1979, el volumen de dinero aumentó al tipo medio de 9 por ciento al año, y los precios al 7 por ciento en promedio. La diferencia de 2 puntos refleja el simultáneo aumento de la producción, que fue de un 2.8 por ciento anual como promedio del decenio.”
“..., lo que ocurre con la cantidad de dinero reduce a proporción insignificante lo que ocurre con la producción; de ahí que digamos que la inflación es un fenómeno monetario, sin aludir a ninguna calificación en cuanto a la producción.”
“..., no se conoce ningún ejemplo histórico de una inflación sustancial que, a poca duración que haya tenido, no fuese acompañada de de un crecimiento más o menos correlativo del volumen de dinero; ni ejemplo de incremento rápido de la cantidad de dinero que no viniese acompañado de una inflación sustancial y más o menos correlativa.” (Friedman, 1992)
La decisión tomada por la FED, respaldada por otros bancos centrales y comerciales del primer mundo, determinaron la imposibilidad en el tercer mundo de honrar las obligaciones contraídas durante la década.
La insolvencia, decretada y percibida a través del retraso en el pago de intereses, evidenciaba que el principal no sería rescatable, entre otras, dada la cercanía de los vencimientos pactados .
Luego, tras ese escenario –inflación y mayores tasas de interés- irrumpe a principios de los ochenta una crisis mundial, gestada en la década de los setenta y clasificada dentro de la historia económica como un suceso de naturaleza financiera que afectó tanto a países acreedores como deudores.
No obstante, a medida que se manifestaban los desajustes nominales, la economía real también mostraba signos de inestabilidad.
En los Gráficos 2.4 y 2.5 se aprecian las dificultades experimentadas por la económica real estadounidense, en cinco momentos con duración mayor a dos años:
- Entre 1974 y 1975 la producción interna se contrajo;
- Más tarde, entre 1979 y 1982, la economía nuevamente se desaceleró con trayéndose en -1.95 por ciento durante el último año;
- Al mismo tiempo, durante ese período, la tasa de desempleo se elevo de 5.9 por ciento a 9.7 por ciento.
Ahora bien, ante los “choques” petroleros y los desequilibrios monetarios y financieros de la década de los setenta y principios de los ochenta, seguidos por la depresión de los precios internacionales de las materias primas producidas y exportadas por los países subdesarrollados, resalta como hecho fundamental que los momentos más críticos–en términos de magnitudes- atravesados por la economía estadounidense se circunscriben a la década de los setenta y comienzos de los ochenta, particularmente, al período 1979-1982, tal como se registra gráficamente.
Ese escenario puede describirse como un período que conjugó el mayor crecimiento monetario, la mayor inflación y las más altas tasas de de interés, con la mayor contracción económica y tasa de desempleo, observado por la economía estadounidense durante los últimos cuarenta años.
Destaca a su vez, que durante el período señalado los precios del barril de petróleo BRENT reportaron los mayores niveles y tasas de crecimiento, todo eso, dentro de uno de los momentos más largos de inestabilidad del mercado mundial petrolero.
3.- LA CRISIS DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA Y EL SOBRESALTO GENERALIZADO
A partir del capítulo anterior comienza a resaltar la hipótesis de que la crisis económico-financiera de finales de los setenta y primera mitad de los ochenta guarda relación correlativa con el escenario petrolero de precios crecientes de la década de los setenta, acentuada durante 1979-1980.
Luego, la consistencia de la hipótesis emergente exige relacionar directamente los escenarios reales y monetarios de la economía estadounidense con el desempeño macroeconómico del primer mundo.
Las fuentes materiales de los desajustes nominales y reales en la economía mundial durante la década de los setenta y la desaceleración económica estadounidense de 1979 y la crisis mundial de 1980-1983; tuvo entre sus determinantes la reproducción nominal no productiva del excedente de los precios del petróleo y otros mercados relacionados a través del sistema financiero nacional e internacional.
Al mismo tiempo, es necesario relacionar indirectamente ambos desempe-ños a través del comportamiento esperado de algún agregado intermedio cuyos cambios en sus magnitudes conserve una relación teórica y contable indiscutible con la tasa de crecimiento de la producción interior de los países desarrollados e industrializados, durante el período de interés.
La familia de gráficos que sigue a continuación verifica que el proceso seguido por la tasa de actividad económica estadounidense en la década de los setenta y primera mitad de los ochenta también fue observado en otras zonas del mundo.
Tanto en los EE.UU. como en los países que hoy conforman la Euro-Zona, la desaceleración de la segunda mitad de los setenta se inició en 1979, no obstante, aunque en la segunda la recesión irrumpió un año mas tarde que en el primero, su salida de la crisis tardo dos años más en aparecer.
También se puede observar que ante la recesión de 1974-1975 en los EE.UU. luego del repunte de la producción interna de 1970-1973, la economía en su conjunto de la hoy Euro-Zona se desaceleraba entre 1974 y 1976.
En el caso de los grupos de países de altos ingresos, OCDE Y NO_OCDE, el comportamiento de sus tasas reales de crecimiento también resulto coherente con el de la economía estadounidense.
Ahora bien, más allá los vínculos presentes entre los desempeños macroeconómicos de las naciones entre 1978 y 1983, la posibilidad que la hipótesis explique a su vez los sobresaltos económico-financieros de 2008 bastará con relacionar, por el momento, las trayectorias que han descrito la tasas de crecimiento real de las economías del mundo en 1978-1983, con el comportamiento del consumo de petróleo como la fuente principal de energía primaria del siglo XX.
En la siguiente familia de gráficos se puede advertir como entre 1979 y 1983, la demanda de fuentes fósiles de energía primaria se contrajo en los países de más altos ingresos, mientras que en las economías y mercados emergentes se observo una ligera desaceleración en el consumo de petróleo.
- Los cambios observados por las tendencias tanto de la producción mundial de petróleo como en el consumo de 1979-1983;
- El aumento de la brecha de la oferta y la demanda de petróleo en relación a la capacidad física de refinación, durante el mismo período; y finalmente
- El proceso de corrección de la capacidad física ociosa de refinación, a partir de 1983-1984.
Luego, siendo este el comportamiento esperado de la demanda y mercado energético durante los procesos de desaceleración y recesión económica, extendidos mundialmente, cabe en este momento, una reformulación de la hipótesis emergente:
Las fuentes de los desajustes nominales y reales en la economía mundial durante la década de los setenta, de la desaceleración económica estadounidense de 1979 y la crisis mundial de 1980-1983, son en parte el resultado de la reproducción financiera de los excedentes monetarios de-terminados durante la expansión nominal del mercado mundial petrolero, de la década de los setenta. Esa expansión de inició en 1971 con un precio promedio de 11.53 US$2007 por barril BRENT, cerrando para 1980 en 93.08 US$2007/barril.
La nueva hipótesis guarda sutiles cambios con la primera. No obstante, es su carácter, ahora imperativo, el que determinar su mayor alcance con respecto a la primera.
En síntesis, la relación entre el crecimiento económico y la demanda energética, en el corto y mediano plazo, traduce al mismo tiempo una relación más que correlativa entre el desempeño macroeconómico mundial y la dinámica del mercado mundial de petróleo; pudiendo ésta observarse a partir de los desajustes en los precios del petróleo y la expansión monetaria, de precios y de tasas de interés, conjuntamente, con la desaceleración y contracción económica y del empleo, en la economía estadounidense.
4.- ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA: SOBRESALTOS MACROECONÓMICOS 2007-2008
Básicamente, resalta la correspondencia cualitativa entre el comportamiento registrado por los indicadores fundamentales de producción, empleo, dinero y precios, a finales de los setenta y comienzo de los ochenta, y el descrito durante 2006-2008, el cual cierra, nuevamente, un período de diez años de crecimiento de los precios del petróleo o, si se quiere, de precio alto.
Tomando como referencia los precios de la cesta BRENT durante el período 1998-2008, estos aumentaron, en promedio anual, de 17.97 a 98.4 dólares estadounidenses de 2007, excediendo los 141 US$ por barril en el último año.
Durante ese mismo período, la cantidad de dinero (M2) creció en 84%, la tasa de interés interbancaria de 2006-2007 en 40% y los precios finales durante 2007-2008 crecieron en 85% con relación al período 2001-2006.
La familia de Gráficos expuesta en el Capítulo 2, permite apreciar las correspondencias cualitativas entre las tasas de crecimiento del PIB, de la oferta monetaria, y las tasas de desempleo e inflación, durante los períodos 1978-1980 y 2006-2008.
Resalta en ambos períodos la congruencia teórica que se espera del comportamiento de los cuatro indicadores en su relación macroeconómica.
Finalmente, conjugado a la hipótesis de causalidad apoyada en el comportamiento de la demanda de fuentes fósiles de energía primaria (consumo de petróleo) por las economías estadounidense, europea, OCDE y Eme’s; la evolución de los precios petroleros durante 1971-1980 y 1999-2008, en su relación con los indicadores fundamentales de desempeño macroeconómico, será el fenómeno que sustente la hipótesis definitiva del presente artículo:
El perfil macroeconómico que rodeó el evento económico-financiero mundial del segundo semestre de 2008 con sus consecuencias reales y nominales, se asemeja al observado a finales de los setenta que condujeron hacia la contracción económica de los EE.UU. de 1980.
Ambos perfiles y procesos se incrustan en sendos ciclos de precios del petróleo, de onda larga, iniciados con una fase expansiva de 10 años que delimitan el período 1980-1998 como una fase de convergencia de los precios de diecinueve años, duplicando prácticamente la fase expansiva.
En tal sentido, la determinación prolongada de los excedentes crecientes en los precios del petróleo, para el caso durante diez años, representan la fuente fundamental de distorsiones materiales que han inducido los desequilibrios y desfase progresivo de las economías real, monetaria y financiera, estadounidense, y su impacto simultáneo e ineludible sobre la economía mundial.
A su vez, los gráficos que siguen a continuación son un esbozo visual de la hipótesis final:
El perfil macroeconómico presente durante el proceso de gestación y materialización de la actual crisis económica y financiera internacional guarda similitud con el que envolvió la desaceleración de la economía mundial de finales de la década de los setenta y principios de los ochenta.
De lo anterior, la posibilidad de establecer por hipótesis, la sujeción material entre el colapso económico y financiero de 2008, y la inestabilidad observada por el mercado mundial petrolero durante los últimos diez años.
No obstante, siempre estará presente el riesgo de que las hipótesis desarrolladas padecen de la falacia post hoc o falsa causa.
Luego, ante un posible señalamiento que afirme: la ocurrencia de los fenómenos petroleros antecediendo a las crisis de 1980 y de 2008, no son suficientes para inferir causalidad; será la ocurrencia del fenómeno en más de una oportunidad, otra de las bases que la fortalecen.
Al no contemplar la recurrencia, la falacia post hoc o falsa causa, queda exenta para ser considerada como instrumento de apelación. Luego, de darse el caso, solo se podría inferir, sin posibilidad de que la hipótesis se vea debilitada:
Que para todo A que antecede B, existe un Z, tal que Z es causa de A y causa de B, siembre que B sea antecedido por A.
Entre las consecuencias epistemológicas de los anterior, se tendrá la imposibilidad de negar los fundamentos de las escuelas clásica y neoclásica que afirman que la economía y los mercados se auto corrigen.
Pero al mismo tiempo se puede afirmar que en la dinámica de los mercados, las distorsiones prolongadas en el tiempo, así como los desenlaces correctivos, son económica y socialmente costosos.
Las hipótesis ensayadas permiten la sistematización de la actual crisis financiera, en su significado, las causas y sus consecuencias, como sigue a continuación:
- Comienzo de un final;
- El final de un “divorcio”;
- El divorcio entre las economías, real y monetaria-financiera;
- Divergencia que se expresada como la profundización y expansión del sistemafinanciero, conjuntamente con la desaceleración de la economía real;
- Divergencia que históricamente ha emergido como un agrietamiento de la plataforma financiera internacional.
- Como primer resultado visible, de largo alcance: EL CRACK! FINANCIERO
- Como primera consecuencia: se sinceran los niveles de rentabilidad financiera
(mercados bancario y de capitales) toda vez que los desajustes en la economía real se acentúan;
- Segundo resultado visible, de largo alcance: EL CRACK! EN BIENES Y SERVICIOS;
- Segunda consecuencia: De la desaceleración de la economía real se pasa al retroceso de ésta;
- Se continúan estrechando los canales y las fuentes de rentabilidad financiera, que han sido durante los últimos años antes de la crisis, las filtraciones fundamentales a la inversión real;
- Primera interpretación para el escenario optimista: comienzan nuevamente a aparecer los canales y las posibilidades para la inversión real;
- Segunda interpretación para el escenario optimista: la recesión representa mas que una condición necesaria para el nuevo impulso de la producción y del empleo;
- El nuevo impulso solo será posible si están se activan las fuerzas
que complementan a las del mercado;
- En las condiciones actuales, las fuerzas del mercado son insuficientes para el impulso que exigen los mercados de bienes y de factores;
- Las fuerzas complementarias a las del mercado son las que contribuyen a equilibrar la rentabilidad financiera y los beneficios esperados de la inversión real. Esta condición es necesaria para la reanimación y repunte de la economía;
- La presión de demanda petrolera observada durante el primer semestre de 2008, los precios de largo plazo, las nuevas reservas, el gasto en exploración, en investigación desarrollo de tecnologías que permitan la explotación de las reservas en condiciones desfavorables, etc. Estas señales apuntan hacia una inminente expansión de las capacidades de producción y de refinación de petróleo, mundiales;
- Al mismo tiempo, la reanimación de la economía mundial, esperada para 2010-2011, y la recuperación y repunte a partir ahí, exige una disponibilidad de fuentes de energía primaria mayor que la observada hasta 2008;
- La convergencia hacia precios más bajos del petróleo crea las condiciones objetivas para que los excedentes monetarios financien la inversión real necesaria para la explotación de los nuevos yacimientos y la refinación adicional necesaria;
- El retorno exigido por la acumulación de los gastos en exploración e investigación y desarrollo, además de la ampliación de la capacidad de producción primaria y de refinación, serán parte de los determinantes de la banda hacia donde convergerán los precios futuros;
- Finalmente, se comienza a gestar el cuadro de condiciones materiales que estarán presentes en caso que se determine, nuevamente, un ciclo de los precios del petróleo, de onda larga.
6.- ADENDUM: PRECIOS DEL PETROLEO, CRISIS MUNDIAL Y EL DESEMPEÑO MACROECONÓMICO NACIONAL ESPERADO
Básicamente, el comportamiento de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) en Venezuela es el reflejo vívido del grado de dependencia presente entre desempeño macroeconómico nacional y las trayectorias seguidas por los precios del petróleo, durante los últimos cuarenta años.
En el siguiente gráfico se puede apreciar el comportamiento de la Inversión Bruta Fija, pública, privada y total, a precios constantes de 1997, durante el período 1969-2007.
En el mismo resaltan los siguientes elementos:
- Durante el período 1969-1979, la FBKF privada promedio el 87% de la inversión total;
- Durante el período 1980-2007, la FBKF privada ha fluctuado alrededor del 60% del total.
- Aunque no se muestra en la gráfica, entre 1968 y 1994 la FBKF determinada por las actividades de construcción, residencial y no-residencial, promediaron eL 64% de la inversión total, y para el período 1997-2007, 56 por ciento;
- La FBKF total hereda el comportamiento de corto y largo plazo de sus contribuyentes privado y, este último, del sector de la construcción.
- Se observa una relación correlativa entre la tendencia registrada por la FBKF y los precios del petróleo, durante la década de los setenta;
- Durante los últimos diez años, salvo en el bienio 2002-2003, el comportamiento de la inversión bruta fija en Venezuela se muestra significativamente correlacionado con el crecimiento de los precios del petróleo de 1999-2007.
Por su parte, en el siguiente gráfico se superponen las curvas de Inversión Bruta Fija Total y de los precios del petróleo BRENT durante el período 1969-2007. En el mismo resalta la similitud entre el comportamiento de ambas variables, precios del petróleo y expansión de la capacidad de producción interna y de la inversión de reposición.
El escenario interno conjugado con la desaceleración y crisis que emergió internacionalmente en 1979-1980, subsumió a la estructura de la economía venezolana en una crisis de inversión real privada, que se extendió durante veintitrés años, abarcando el período 1983-2005.
Vale destacar que la construcción, siendo la actividad fundamental de los no-transables, es la actividad económica que en Venezuela ha contribuido históricamente en más del 60% de la inversión bruta fija privada (Viloria H., 1996).
Luego, será la dependencia correlativa entre los precios del petróleo y el desempeño de los sectores de la producción interna, la fuente fundamental de donde emergen los elementos de juicio necesarios para plantear los escenarios probables que pueda enfrentar la economía interna, en tiempos venideros, más allá de la obvia relación directa entre el comportamiento de ingreso petrolero y la capacidad de gasto fiscal, corriente y de inversión.
Si la inversión bruta fija del sector privado sigue el curso observado a finales de los setenta, la contracción será inevitable en todos los mercados, además de la erosión que sufriría el ingreso fiscal no-petrolero.
De suyo, se desprende que el sector público en asociación estratégica con el capital privado, está obligado a hacer uso productivo de los excedentes monetarios ociosos que concentra el sistema financiero nacional, siempre sujeto a su plena, eficiente y eficaz, asignación, entre los sectores de los transables y los no-transables. No obstante, ese viene a ser el tema de otro artículo.
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